domingo, 31 de marzo de 2013

Evangelio del Domingo de Resurrección




In illo témpore: María Magdaléne et María Iacóbi et Salóme emérunt ut úngerent Iesum. Et valde mane una sabbatórum, veniunt ad monuméntum, orto iam sole. Et dicébant ad ínvicem: Quis revólvet nobis lápidem ab óstio monuménti? Et respiciéntes vidérunt revolútum lápidem. Erat quippe magnus valde. Et introëúntes in monuméntum vidérunt iúvenem sedéntem in dextris, coopértum stola cándida, et obstupuérunt. Qui dicit illis: Nolíte expavéscere: Iesum quae ritis Nazarénum, crucifíxum: surréxit, non est hic, ecce locus, ubi posuérunt eum. Sed ite, dícite discípulis eius et Petro, quia præcédit vos in Galilae am: ibi eum vidébitis, sicut dixit vobis.
En aquel tiempo: María Magdalena, y María madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para venir y embalsamar a Jesús. Y muy de mañana, el primer día después del Sábado, llegaron al sepulcro, salido ya el sol. Decían entre sí: ¿Quién nos rodará la piedra de la entrada del sepulcro? Y mirando, vieron rodada la piedra, que era muy grande. Y entrando en el sepulcro, vieron un joven sentado a la diestra, vestido de blanco, y se asustaron. Mas él les dijo: No temáis; buscáis a Jesús Nazareno, que fue crucificado; pues bien, resucitó; no está aquí; ved el lugar donde le pusieron. Y ahora id y decid a sus discípulos y a Pedro, que va delante de vosotros a Galilea: allí le veréis, como Él os dijo.

Evangelio según San Marcos 16.1-7

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